El papel del padre
En la actualidad los papás colaboran en el cuidado y la educación de los hijos, ya que en la mayoría de las familias la mamá trabaja también fuera de casa, es necesario compartir las tareas.Para un niño pequeño es muy bueno tener más de un cuidador, es decir, si el padre lo baña, cambia o viste, está ayudándolo a forjar un carácter mucho más abierto.
Para los expertos, el padre es el intermediario entre el niño y la sociedad y su función en la formación del niño es crucial: Le ayuda a ser independiente, pues aporta otro punto de vista al binomio madre-hijo Se encarga de ofrecerle estímulos nuevos: le lanza por los aires, le enseña a hacer cosas diferentes. Se convierte en un referente para el niño de cara al comportamiento con los demás.
Con su autoridad, proporciona seguridad al niño. Ayuda a la identificación sexual: los varones ven en él el modelo a seguir y las niñas el hombre al que gustar.
Aunque lo impida tu trabajo debes procurar pasar el mayor tiempo posible con tus hijos. Si trabajan los dos, es esencial que dediques un tiempo exclusivamente para ellos. Por ejemplo, no mirar televisión durante la cena para poder hablar, o dedicar los fines de semana para salir con ellos.
Según las últimas encuestas, los niños prefieren tener menos juguetes y que sus padres estén más horas en casa. Participa en sus juegos. Si el juego es compartido es mucho más eficaz para el desarrollo, por eso debes enseñarle a jugar pero sin intentar que se rija por unas normas muy estrictas.
Si está jugando solo y tranquilo no interfieras, participa sólo si te lo pide. Fomenta los ejercicios al aire libre y los juegos que le ayuden a soltar su extraordinaria energía.
El padre tiene, normalmente, más resistencia para correr, saltar o pelearse que la madre. Enséñale a andar en bici, a saltar o a columpiarse y aplaude sus logros. Incluso, no es malo que vea que puedes hacer un poco el payaso, un padre cercano y cariñoso es mejor que otro autoritario y frío.
Respeta y conoce sus gustos porque participar de sus aficiones ayudará a tu hijo a formar su personalidad. No intentes modificar sus preferencias, aunque no coincidan en absoluto con las tuyas, y procura no despreciar su mal gusto.
No le pegues, educa a tu hijo con disciplina, pero no con violencia. Muchísimos estudios han demostrado que el efecto del azote dura sólo unas horas, en cambio si ve una actitud autoritaria e inflexible en los aspectos esenciales acabará respetándote.
Contesta a sus preguntas, es importante que el niño no perciba desgana o desinterés por tu parte ante sus múltiples por qué, y aunque no sepas qué decirle, siempre es mejor un no sé porque la lluvia es transparente que un por qué sí, demostrando desinterés por la pregunta.
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